Historia de La Fuente a través de fotos, articulos y gráfica.

sábado, 28 de agosto de 2010

"El grito primal" en el Lasalle.


1978. Percusionistas de "La Fuente" en la primera etapa Jorge Lutzow Holm y Gerardo Cavanna.


En esta presentación participaron dos percusionistas: amigos Jorge Lutzow Holm y Gerardo Cavanna.

1978. LA HISTORIA DE LA FUENTE EN IMÁGENES, NOTAS Y REFLEXIONES.

Programa de la muestra de otoño en MEEBA, el debut de "La Fuente". Gentileza de Edy Rodriguez.
El lugar elegido fue el centro de Artes y Música en Cerrito al 200, Claudio Kleiman cubrió para la revista “El Expreso Imaginario” aquella presentación, Resorte Hornos (Eduardo Sanz) es el artista plástico que puso su sello y su imaginería desde el comienzo del viaje fuenteano. La sala la conseguimos con Tolosa, en la calle se festejaba por entonces el campeonato mundial de fútbol. Afiche: grabado realizado por Rubén Vásquez, Nebur. 



  El Expreso: Mordisco 12 de Agosto 1978, pág. 46. Nota: Claudio Kleiman. Julio / Agosto 1978 

 En una oportunidad el staff de la revista había concurrido a MEEBA a ver a algunos grupitos, escuchar poemas beber a gusto, charlar, etc. En ese momento, flotaba en el ambiente la expectativa de ver al grupo La Fuente, un trío acústico, que decía que mataban. Así fue. El grupo mostró una solvencia y un lirismo poco comunes, y un nivel de composición envidiable. Hoy, La Fuente se presenta en el Centro de Arte y Música, Cerrito 228, a las 0.30 hs. El Expreso, una vez más estará allí para disfrutar de toda esta buena música. 


LA FUENTE Y UN AGUA REFRESCANTE
La madrugada del domingo comenzaba a pelearse con la noche del sábado y un frío intenso caía sobre Buenos Aires como incitando a quedarse en casa. Sin embargo, en el Centro de Arte y Música, más de doscientas personas intentaban acomodarse dentro de un recinto con capacidad para ciento sesenta, en medio de un clima casi familiar, que hacía olvidar el rigor de la noche. La expectativa estaba creada en torno a La Fuente, un grupo que hacía su primera presentación. En la puerta Coco y Uki, sus miembros, charlaban con la gente esperando que terminara la obra de teatro que daban en la misma sala. Al bajar, música latinoamericana sonando en los equipos y un tibio perfume a incienso impregnando el aire. Cuando al fin se apagan las luces, hace rato que estamos todos con ganas de escuchar. Salen Coco y Uki, con sendas guitarras españolas, además de Andrés Grimsdith en flauta traversa y Jorge Lutzow Holm en percusión. El primer tema es “El Mutante”, y ya nos sorprenden por el colorido y la afinación de sus voces, el suave devenir de la melodía. Le sigue “El Otoño”, y toda la melancolía de la ciudad parece juntarse en esa canción, en la tierna voz de Uki quebrándose como hojas secas. Pero al llegar “Estas cosas inciertas” comienzan a demostrar que no todo es calma. Coco va desgranando las palabras con bronca y firmeza, como dando testimonio de la difícil aventura de vivir este presente: “en esta soledad / corriendo cortinas de otra generación / mirando las pisadas de la equivocación / voy rastreando el sol...”. Viene después “Amigos”, un hermoso tema que habla esta vez de la amistad, “una cosa cierta”, como dijeron antes de empezar: “Oh amigos quiero estar con ustedes / en el borde de este carrusel / con caballos de alas de viento / que nos tiren a salir de él...”. Los punteos de Uki dan el clima exacto, las voces se entrelazan y complementan a la perfección. Un cerrado aplauso precede la llegada de un huayno llamado “La verdad siempre vive escondida”. Ya nadie está quieto. Todo el mundo aplaude, acompaña ese contagioso ritmo andino con una letra que va proponiendo certezas: “la verdad siempre vive escondida / como la liebre en matorral / si los perros la huelen, la persiguen / pero ella nunca se deja alcanzar / si la carrera es franca y con las patas libres...”. Y los temas siguen pasando, metiéndose en un clima cada vez más intimo, de cosa que destila sentimiento, sinceridad. Vienen “Un día a orillas de la ciudad”, “Canto al cielo” y la impresionante “Dame algo de tu polen”, sin exagerar una de las mejores canciones de amor que escuché últimamente. Uki demostrando que es un cantante y compositor como no surgen todos los días por estos lares, acertando con las palabras exactas para el sentimiento de cada tema. A medida que los aplausos van arreciando el grupo gana confianza, la cosa se va haciendo cada vez mas fluida, y cuando llega “A los pies de la escalera” ya están de pie desparramando energía, rasgueando sus guitarras con fuerza y feeling: “hasta cuando sigo afuera / a los pies de esta escalera / sin poder subir...”. Llega el momento de presentar la canción quizás más ambiciosa de todo el recital, “Réquiem a la civilización incaica”, un largo fresco que cuenta la historia que no aparece en los libros, la de cómo destruyeron la civilización más avanzada del continente. La música es de un matiz casi épico, con un crescendo que se va intensificando al aproximarse el final. Ya terminando, “Mañana será otro día”, un tema alegre esperanzado para aflojar el silencio que había rodeado el “Réquiem”, con Coco trasmitiendo alegría desde su figura casi chaplinesca. Pero ahí finalizaba solo en los papeles, ya que la gente los obligó a volver y tuvieron que repetir “Amigos” y “La verdad siempre vive escondida, ya con todo el mundo de pie, apoyando con palmas y queriendo participar de alguna manera. En resumen, hacía mucho que no escuchaba un grupo nuevo realmente distinto con un mensaje propio y un sonido identificable, hacía mucho que no percibía un clima de calidez y comunicación como el que ellos crearon con la gente, hacía mucho que no oía canciones con letras que hablen de las cosas que nos pasan, que acierten directamente en nuestro sentimiento como alguna vez lo hicieron, Almendra, Manal o Sui Generis. La comparación puede parecer exagerada, pero en el desierto que parecía la música nacional durante este año están comenzando a aparecer algunos oasis. La Fuente es uno de ellos, y vale la pena probar de su agua. 


UNA FUENTE DE AMPLIAS RIQUEZAS MUSICALES por Susana Contreras. Revista Rock. Superstar, agosto de 1978. 

El sábado 12 de agosto en sección trasnoche La Fuente, un grupo de música urbana, formado por Coco (voz y guitarra criolla), Uki (voz y guitarra criolla), Andrés Grismsdith (flauta traversa y piano acústico) y Jorge Lutzow Holm (percusión) brindo un recital de lo más satisfactoria. Nuestra asistencia a la sala fue bastante anticipada ya que el horario de iniciación era continuidad de otra presentación en el mismo lugar, por lo que pudimos ver toda la ceremonia de arreglos y ultimación de detalles previos a la actuación. Ciertamente demostraron ser bastantes detallistas. Recién cuando hubo terminado todo, comenzó a entrara entusiasmadamente una gran cantidad de público llenando totalmente la sala del centro. Mucha gente tuvo que ocupar un sitio en el espacio alfombrado (el piso) y aún faltó lugar (La Fuente demostró tener amigos y admiradores). A la 1.30 comenzó el recital con “El mutante”, luego “otoño”, “La verdad siempre vive escondida” o el huaynito, con ciertas líneas andinas mostró polenta. “Dame algo de tu polen”. El “Réquiem a la civilización incaica”, el más aplaudido, relató un mensaje de amplia profundidad en el que los antiguos indios fueron sus principales protagonistas: una hermosa plegaria a la dignidad y derechos humanos. La batería cumplió un importante papel en la composición. “Mañana será otro día” fue la última interpretación del grupo. Esta noche La Fuente presentó un sinfín de Ricas expresiones musicales, brindadas en su mayoría por la amplia calidad de las voces de Coco y Uki. No existiría una definición exacta sobre la denominación del particular estilo emprendido por el grupo, de cierta similitud con las melodías y voces del joven conjunto americano América, pero si se puede hablar sobre el adosa miento de ondas latinas o medievales en baladas o interpretaciones acústicas, por cierto bastantes suaves y profundas. La calidad musical de La Fuente no está brindada por la individualidad en los instrumentos, sino más bien por un todo a las voces que guardan una hermosa sensibilidad y un excelente equilibrio armónico sin improvisaciones inútiles. Uki mostró con su voz un acento de florida expresión que junto a la de Coco, logró traslucir una elogiable base (tanto a nivel estudio como a propias cualidades) por cierto bastante pulida. Elogiamos el trabajo de La Fuente, un grupo muy fresco y renovador en todo sentido, que no dejó librado al azar la presentación de sus composiciones.